Personalidad sin límites

Hace poco me presentaron a una chica que parecía de lo más divertida. Era muy inteligente, culta y no convencional. Nos caímos muy bien, así que intercambiamos teléfonos y salimos algunas veces a tomar café y a charlar. A mí me llamó bastante la atención que en cada encuentro su estado anímico era completamente diferente, que al parecer no podía evitar oscilar entre la euforia más desenfrenada y una depresión que la ahogaba en angustias sin sentido. A cada rato me decía: "Es que yo soy muy sensible".

La última vez que la vi estaba completamente desbordada emocionalmente, y ante una ingenua pregunta mía descargó sobre mí una avalancha de insultos de alto calibre, llenos de ira, mientras lloraba copiosamente. Está claro por qué fue la última vez que la ví, ¿no?

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Es una buena persona, pero evidentemente tiene un problema grave que le impide ejercer algún control sobre sus emociones.

En procura de intentar entender lo que le sucedía a esta chica, me topé con el sitio de la Asociación Catalana de Ayuda e Investigación del Trastorno Límite de Personalidad. "El Trastorno Límite de Personalidad (TLP) o borderline, padecimiento psiquiátrico que sufren muchas personas, es uno de los trastornos mentales más frecuentes. Produce inestabilidad en las relaciones interpersonales, el afecto y la autoimagen, y un escaso control de los impulsos. El TLP causa un malestar significativo y genera desadaptación social, ocupacional y funcional general."

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Seguí leyendo y el cuadro terminó de cerrarme. "Se trata de un trastorno en el que aparece una marcada predisposición a actuar de un modo impulsivo sin tener en cuenta las consecuencias. Consiste en una inestabilidad respecto a la vivencia de la propia imagen, de las relaciones interpersonales y del estado de ánimo. Hay una notable alteración de la identidad, que se manifiesta por incertidumbre ante temas vitales, como orientación sexual, objetivos a largo plazo, lo que les conduce a una sensación de vacío y aburrimiento. Pueden presentar manifestaciones explosivas e incluso violentas al recibir críticas o al ser frustrados en sus actos impulsivos. Además de la inestabilidad emocional y la ausencia de control de impulsos pueden presentar autolesiones y explosiones de ira, alteraciones de la conducta alimentaria, e implicarse en relaciones intensas e inestables".

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En realidad, esta experiencia, a la luz de lo que iba leyendo, empezó a hacerme reflexionar sobre otras cuestiones. Una suerte de confusión en la perspectiva desde la cual a veces valoramos a estas personas. Una cosa es ser alguien no convencional, que no sigue las normas establecidas, un transgresor, y otra muy distinta es estar prisionero de un padecimiento en el que el control sobre los pensamientos, las emociones, y por ende, sobre la conducta respecto de uno mismo y de la relación con los demás es completamente imposible.

Esta chica ha ido quedándose cada vez más sola, pero su familia, madre, padre, hermanos, en cierta forma celebra su "particularidad".

Quienes deseen saber más sobre este trastorno pueden consultar en Sin Límite, El Portal Hispano del TLP.

Yo me quedo pensando...

En Twitter @aleherren

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